Dolores, necesidades y urgencias que mi terapia soluciona en las personas

He intentado indagar en mis diferentes estudios y formaciones, en la profunda relación que existe entre el cuerpo y la mente, tratando de entender como la historia de lo que nos va sucediendo en la vida no sólo tiene una comprensión a nivel racional y mental, si no también sensorial y corporal, es la “última patita de la mesa” por mirar, digo yo, para poner al organismo en equilibrio. Porque un mundo de sensaciones nos habita cada día y a lo largo de toda nuestra vida, y a veces éstas no nos dejan espacio, determinan nuestro actuar y nuestra forma de ver la vida, de relacionarnos con nosotros mismos y con los otros, generándonos incomodidad, molestia e incertidumbre sobre como convivir con esto tan grande que sentimos, y que muchas veces se apodera de nosotros sin preguntarnos si lo queremos.  La invitación que hago con mi trabajo terapéutico, es entonces aprender a quedarse junto a esto que incomoda, atreverse a sentarse junto al miedo, la tristeza, la rabia y otros que llevamos dentro, para relacionarse con ellos con mayor compasión, comprendiendo su origen y cuál es su función, y ser testigos de ésta manera de su proceso de transformación, para habitarnos  así con comodidad, reconociendo sentires que quizás pensamos, habíamos perdido u olvidado; como la sensación de poder contenerme a mí mismo, de recuperar la tierra y la seguridad, de sentirme expandido y en libertad, sensaciones que nos recuerdan los recursos con los que contamos para caminar por los  distintos desafíos que nos surgen en la vida, de manera más plena.

​

El 2017 realicé diplomado de Medicina Biorreguladora dictado en Santiago por la Universidad Mayor y, anteriormente, diplomado de Estrategias de Optimización de las Intervenciones Nutricionales en la UJAM en Mendoza. Me mantengo en un continuo aprendizaje de temas que son de mi interés y que considero mis fortaleza para lograr brindar una atención personalizada y centrada en las necesidades individuales de cada uno.